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  • Los celos pueden tomar muchas formas.

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    Cuando un niño toma un cubo y golpea a un bebé, la madre entiende que son celos. Pero a veces un niño es mucho más educado. Durante varios días, admira con entusiasmo al bebé y luego dice: "Ahora llévelo de regreso al hospital".El niño puede, enojado con su madre, obtener, por ejemplo, cenizas y carbones de la chimenea y esparcirlos sobre la alfombra. El otro puede volverse lúbrico y adicto, dejar de jugar en la caja de arena o cubos, irá a todas partes para la madre, se agarrará al dobladillo y comenzará a chuparse un dedo.Él puede orinar otra vez en la cama por la noche o incluso en el día en bragas. A veces los celos por el bebé adquieren la forma opuesta. El niño está continuamente involucrado en una hermana menor. Cuando ve un perro, dice: "Nuestro bebé ama a los perros".Cuando ve que un amigo monta un triciclo, dice: "Nuestro bebé también tiene una bicicleta".Por supuesto, él también está alarmado, pero no se admite a sí mismo. Tal niño necesita ayuda incluso más de lo que entiende lo que está disgustado.

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    Los padres a veces dicen: "Descubrimos que no tenemos nada que temer de sus celos. Johnny ama mucho a su hermanita ".Es bueno cuando un niño muestra amor a un recién nacido, pero eso no significa que no esté celoso y que no sea necesario prestar atención a estos celos. Los celos pueden manifestarse indirectamente o en circunstancias especiales. Tal vez un niño es cariñoso con su hermana en casa, pero la trata groseramente en presencia de extraños. Los celos no pueden manifestarse durante muchos meses, hasta que un día el bebé gatea y agarra el juguete del anciano. A veces, un cambio en los sentimientos ocurre cuando el más joven comienza a caminar.

    La madre puede decir: "Johnny ama mucho al bebé.Lo abraza tan fuerte que llora ".De hecho, esto no es un accidente. Los sentimientos del niño son contradictorios.

    Es más razonable suponer que los celos y el amor siempre están presentes, independientemente de lo que el niño manifieste externamente. Es necesario no ignorar los celos, no tratar de reprimirlos por la fuerza, no hacer que el niño se sienta culpable, sino ayudarlo a lograr la victoria del amor.