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El parto dura dieciocho meses: nueve meses dentro y nueve meses fuera de la madre.

  • El parto dura dieciocho meses: nueve meses dentro y nueve meses fuera de la madre.

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    Entender que llevar a un niño en una bolsa será más fácil si imagina que la vida del niño dura dieciocho meses: nueve meses dentro y al menos otros nueve meses afuera. En los primeros nueve meses, el útero que rodea al bebé regula todos sus sistemas automáticamente. El nacimiento rompe temporalmente este sistema depurado. Sin embargo, cuanto más rápido reciba ayuda el niño del exterior para ajustar estos sistemas, más fácil se adaptará al mundo misterioso fuera del útero. Estancia prolongada en el útero, llevando a un niño en una bolsa, la madre( o padre) proporciona un sistema regulador externo que equilibra la naturaleza caótica e irregular del niño. Imagina cómo funciona este sistema de ajuste. La marcha rítmica materna, por ejemplo( el ritmo que el niño sintió durante nueve meses), le recuerda al niño el tiempo que pasó en el útero. Este ritmo familiar, grabado en el cerebro del niño ya en el útero, ahora aparece nuevamente en el "útero externo" y alivia al niño. El latido del corazón materno, deliciosamente regular y familiar, le recuerda al niño los sonidos que escuchó en el útero cuando aplica la oreja al pecho de la madre. Como otro regulador biológico, el niño siente una respiración rítmica materna cuando lleva su estómago al estómago, pecho a pecho. En pocas palabras, los ritmos regulares de los padres tienen un efecto estabilizador en los ritmos inconsistentes del niño.

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    Otra forma en que la madre lleva a cabo una acción reglamentaria es estimular el desarrollo del cuerpo en desarrollo de un niño que regula la actividad vital de las hormonas. Los investigadores han demostrado que si la madre y el niño son inseparables durante mucho tiempo, como cuando los llevan en una bolsa, esto ayuda al niño a comenzar a distinguir entre el día y la noche. Creen que la presencia de la madre tiene un efecto regulador en la producción de las hormonas suprarrenales, que causan sueño por la noche y proporcionan vigilia durante el día.

    La voz de la madre, que cuando se lleva en una bolsa, el niño escucha constantemente, regula los movimientos de las extremidades del niño. En un estudio realizado en 1974, un análisis del video de los movimientos del cuerpo del niño, cuando la madre estaba hablando con él, mostró que el niño se movía completamente sincrónico con las entonaciones del habla de la madre cuando hablaba con él en su único idioma infantil. Estos movimientos sincrónicos no surgieron en respuesta a la voz de otra persona. En general, los movimientos rítmicos maternos y el habla "le enseñan" al niño a hacer movimientos más rítmicos en sus movimientos, restringiendo la regularidad de la irregularidad del

    en el recién nacido, la falta de coordinación y los movimientos sin rumbo.

    El uso de una bolsa tiene un efecto beneficioso en el aparato vestibular del niño. Este aparato, representado por órganos ubicados detrás de las dos orejas, ayuda a la persona a mantener el equilibrio del cuerpo. Por ejemplo, si se inclina demasiado en una dirección, el dispositivo vestibular le indicará que debe desviarse hacia el otro lado para no perder el equilibrio. Este dispositivo es una reminiscencia de tres pequeños niveles que los carpinteros usan en su trabajo, uno de los cuales se encuentra para controlar el equilibrio lateral, el otro - moviendo el cuerpo hacia arriba y hacia abajo, y el tercero - hacia adelante y hacia atrás. Estos "niveles" funcionan juntos para mantener el cuerpo en equilibrio. Cuando se usa un niño, se mueve en los tres planos. Cada vez que el cuerpo del bebé cambia de posición, el fluido contenido en estos dispositivos se transforma en diminutas fibras parecidas a pelos que vibran y envían impulsos nerviosos a los músculos del niño para mantener el equilibrio del cuerpo. Antes del nacimiento, el niño tiene un aparato vestibular muy sensible, que se estimula constantemente, ya que el feto está en constante movimiento. Usar un niño en una bolsa "le recuerda" el movimiento y el equilibrio que le dieron al

    su placer en el útero, y también les da una continuación.

    ¿Qué pasaría si el niño tiene la suerte de tener un fuerte contacto con su madre, y pasa la mayor parte de su tiempo en posición horizontal en la cama y llama la atención sólo cuando es necesario alimentar y calmar, y luego volvió a dejar sin una madre? El recién nacido tiene un deseo innato de organización, de adaptarse a su nuevo entorno. Si se le da al niño a sí mismo, sin la presencia frecuente de la madre, el niño puede desarrollar patrones desorganizados de comportamiento: inquietos llanto, movimientos espasmódicos súbitos cólico, intentos de caótica para calmar a solas, chuparse el dedo ansiedad, respiración irregular y trastornos del sueño. Un niño que se ve obligado a ajustar el tiempo antes de que todos los de su propio sistema, gasta mucha energía para la complacencia, el gasto de la energía valiosa que podría ser utilizado para el crecimiento y el desarrollo.

    La manifestación de ansiedad y el comportamiento desorganizado son síntomas de abstinencia, el resultado de la pérdida de los efectos reguladores que le dan apego a la madre. No se debe dejar a los niños solos para que entren y se conviertan en tranquilizantes, como a veces aconsejan los padres. Este acercamiento desapegado al cuidado de un niño contradice tanto el significado sensible de

    como su experiencia e investigación. Los estudios conductuales han demostrado repetidamente que los bebés se comportan de forma más nerviosa y desorganizada en ausencia de la madre. Aunque hay muchas teorías sobre la crianza de los niños, todos los investigadores cuidado del niño amante de acuerdo en una cosa: que el niño desarrolle emocional, intelectual y fisiológicamente óptima así, se necesita una presencia materna constante como cuando se lleva la bolsa, para poner en práctica el efecto regulador necesario.